Por los siglos de los siglos, aún desde antes de la fundación del conocido fuerte de Banderbill, grandes soldados han pasado por la gloriosa Armada Real; por reconocernos como simples mortales, han ido perdiendo la vida al pasar de los años, y ello ha entristecido al Honorable Consejo de Banderbill, porque recién cuando comenzaron a hacerse homenajes a los caídos, se ha advertido que hoy, mañana, y siempre, habrá guerreros como aquellos, y la oportunidad de homenajearlos es en su plenitud, para que puedan recibir un poco del cariño que tanto le han dado a su amado Ejército.
Cientos y cientos de guerreros pasan a diario ante la mirada del ahora Magistrado, así como también lo hicieron frente a los ojos de nuestro caído Rey, pero es inevitable reconocer que algunos de ellos han nacido con un corazón tan grande que hasta el mismo Demonio ha de temer. Esos guerreros, que ante la mirada de un simple Aprendiz son tan solo "sus mayores", en realidad, son futuras leyendas, y es por ello que este Honorable Consejo, desde hace unos cuantos años, ha ido reconociendo a algunos de ellos.

Le rendimos el mayor de los tributos, les ofrecemos todo nuestro cariño y les aseguramos nuestro completo respeto a los siguientes Camaradas:

* Padillote
* Ghael
* Darbish
* Requiemm
* Best
* Gatica
* Gelsey
* Marcos
* Adrob
* Lavendel

Así como ellos, más llegarán, y deseamos, desde lo más profundo de nuestro ser, que cualquier soldado de nuestras filas tome este homenaje como una sagrada motivación para resguardar la paz en nuestro continente.

¡Por Tancredo! ¡Por nuestro ejército!