BIOGRAFIA
Su padre un elfo drow, Kheanaan, paladín del ejército real conoció a su madre una elfa maga, Elentari, princesa de los bósques, estando en una misión comandada por el mismisimo rey en las costas de la isla donde se encuentra el bosque élfico. A pesar de la diferencia de razas , se enamoraron. El padre de Elentari, el rey Aragorn IV, nunca estuvo de acuerdo con esa relación y le prohibió a Kheanaan que se acerque a su bella hija. Sin embargo, buscaban la forma para escabullirse y encontrarse en medio del bósque, su amor era tan fuerte que no importaba nada más. Luego de un año entero, terminó la misión del ejército real en esa isla y levantaron el campamento para regresar a Banderbill. Kheanaan le suplicó a Elentari que viaje con él y se mudara a su casa en la ciudad amurallada del norte, ella aceptó y tejieron un plan para poder escapar juntos de la isla. Por desgracia Aragorn IV se enteró de lo que pretendía su hija, fue entonces cuando la capturó y encerró en un calabozo.


Kheanaan esperó y esperó a su amada en el lugar acordado, pero ella nunca llegó, se sintió traicionado y muy triste, creyó que Elentari lo había dejado de amar. Luego de la partida del ejército real, Aragorn IV liberó a su hija. Ellos nunca más volvieron a encontrarse en el camino de la vida.


Poco tiempo después, la princesa descubrió que estaba embarazada. En el mes tres de embarazo, huyó del castillo y se internó en lo más profundo del bósque, dónde conoció un hada, Áine, que sería su amiga inseparable desde entonces. Viajaron juntas hasta la costa suroeste de la isla y establecieron un pequeño campamento para esperar la llegada del bebé. Cuando por fin el milagro ocurrió, Elentari con su bebé en brazos, un pequeño elfo drow como su padre, lo bautizó Kheatakar. Áine hizo notar a la princesa que su bebé corría riesgo permaneciendo en la isla, ya que si su padre se enteraba de su existencia, no lo iba a aceptar y de seguro lo mandaría a sacrificar. Entonces, con el mayor dolor que una madre puede sentir, a la princesa no le quedó más remedio que abandonar el fruto del amor con su amado Kheanaan. Con ayuda del hada, Elentari construyó una pequeña barca de madera con leños elficos y hojas, depositó al bebé en ella con una nota que pedía por favor que cuiden del pequeño Kheatakar y la envió con rumbo hacia el sur. Luego de eso, volvió a su vida en el castillo junto a su padre.


La pequeña barca arribó a las costas donde se encuentra el pantano. Kheatakar indefenso lloraba sin parar, con hambre, sed y lejos de su madre para siempre. Un grupo de asesinos impiadosos encontraron al bebé y lo recogieron, criaron al huérfano y le transmitieron conocimientos arcanos y habilidades con dagas. Cuando el jóven Kheatakar cumplió trece años, abandonó el pantano en busca de un futuro mejor y emprendió un viaje hacia la ciudad de Banderbill. Tras varios días sin comer ni beber, Kheatakar cayó exausto y un gorila gigante se dispuso a atacarlo. Por suerte para él, un pequeño grupo de soldados del ejército real patrullaba por allí y fue cuando Giovanni salvó la vida del jóven elfo drow de las manos del gorila. Cargaron a Kheatakar malherido en los hombros y lo llevaron hasta Banderbill. Giovanni se convirtió en su tutor desde ese momento y con el tiempo, se convirtió en miembro de la orden secreta del norte, Ordo Septentrio.

Sus amigos lo llaman Kheat. Hasta el día de hoy no conoce la historia de su origen, quiénes son sus verdaderos padres y que por sus venas corre sangre real élfica. Junto a su tutor aprendió grandes valores de la vida y los secretos de la orden, es por eso que combate con fervor las fuerzas del demonio, convirtiéndose en un incansable guerrero del bien y la luz.




PERSONALIDAD

Es un investigador nato que tiene una verdadera fuerza motriz dentro. Siempre dando un paso atrás para medir, sopesar, analizar y desentrañar los acontecimientos o las personas que lo rodean.

Tranquilo y paciente, siempre se mueve a su propio ritmo sin tener en cuenta la crítica o la lógica común. Un elfo drow con visión de futuro que hace maravillas confiando en su intuición. Amante de los viajes y la aventura de todo tipo. Cerebral, sensible, espiritual e intelectual.


¡Per Deus et nostrum rex!